juego de ajedrez en la política italiana

Ha pasado tiempo desde que Il Cavaliere, gracias a la compra de 3 tránsfugas, consiguiera superar la moción de censura en el Congreso y la moción de confianza planteada en el Senado. Después de las revueltas que convirtieron la capital  en una escena de la clásica película Roma Citá Aperta, y continuó en otras ciudades de ese país tan maravilloso, que poco a poco tiende a quedar en ruinas, y no precisamente para deleite de los turistas, sino más bien para tristeza de sus habitantes y de los amantes del país de la bota.

Y qué ha ocurrido después? pues bien. En apenas 10 días, el partido que formó Fini, el Fli, con la salida de los tránsfugas de su formación que concedieron el apoyo al actual gobierno, han buscado la creación de otra “gran coalición”, formada por su formación, los tibios demócrata-cristianos y el movimento per la autonomia del sud, un partido de tinte autonomista que formaba alianza con el Popolo della Libertad en las circunscripciones del sur.

Y la izquierda? dónde está en todo esto? El principal partido de la oposición, el Partido democrático, sigue sin encontrar el norte, y su escasa capacidad de conseguir alianzas con otros partidos de centro izquierda (por el simple hecho de que los demás partidos de izquierda que se quedaron fuera de la coalición del Pd no obtuvieron representación parlamentaria) . Una tímida posibilidad de creación de otra gran coalición que haga frente al Terzo polo, sería un nuevo Ullivo (la coalición que alzó a la presidencia del Consejo a Romano Prodi en 2006), aunando las fuerzas con la nueva esperanza de la izquierda Vendola.

Y Berlusca? viendo cómo se ponen nerviosos todos sus contrincantes y adversarios políticos, mientras recompone su gobierno y se ocupa de asegurarse la estabilidad parlamentaria y el apoyo de Bossi y su partido la Liga Norte. Por cierto, preocupado por los fichajes de su equipo de fútbol, reorganizando la programación de las televisiones públicas y privadas a su disposición, reduciendo libertades y derechos, y dejando caer el PIB a mínimos históricos en Italia, mientras que la deuda crece y crece y crece, aunque no se diga nada en los foros internacionales.

El último sondeo tan sólo anuncia una reducción de intención de voto al 35%, una caída en el liderazgo de Il Cavaliere en 3 puntos respecto a Noviembre, y teniendo en cuenta todas las posibilidades de cambio de fichas, alianzas, apoyos y tránsfugas, las fuerzas políticas italianas no conseguirían acercarse a menos de 3 puntos del líder del Milán AC.

Y los ciudadanos? Revueltas, disturbios, protestas, manifestaciones que poblaron las principales ciudades italianas en los siguientes días a las mociones. Enfado,

 

malestar, desidia y desesperanza ante la situación que observan y sufren. Así se dibuja el perfil de los indecisos y sus últimas opciones de voto.

Juegos de ajedrez, cambio de peones por alfiles, enroques de fuerzas basadas en posicionamientos ideológicos y otros auténticamente pragmáticos, otros quizá con intereses más espúreos. En cualquier caso, juego de ajedrez en los que los alfiles siguen siendo los mismos, el rey continua siendo el rey y se están peleando las reinas, y las torres. Mismo tablero, mismas fichas, ningún cambio. Mientras tanto, el Coliseo arde en su interior  y espera salir de esta República liderada por un Tirano (en la concepción del siglo XXI). 

 

Una explicación sobre la situación política italiana

Italia   vuelve por sus fueros, con la tortilla invertida. En los últimos 30 años la izquierda italiana ha protagonizado la mayor atomización ideológica de un país democrático, obligando al sistema electoral y al electorado a realizar un esfuerzo de investigación y análisis programático e ideológico para hallar conexiones entre su intención de voto y una candidatura que se asemejara a sus inquietudes. Muy por el contrario, la derecha y el centro derecha italiano, han buscado puntos de encuentro, tejiendo alianzas duraderas y concentrando el voto liberal conservador en dos o tres grandes fuerzas políticas (lo que es decir mucho para el caso italiano) Esta tendencia a la concentración y a lo que muchos han venido a llamar bipartidismo no es nueva, como señala Spreafico en un artículo de 1987, pero no es menos cierto que con la irrupción de Berlusconi en la vida política se ha visto acelerada, con la creación de la Casa della Libertá en su inicio y con el Popolo della Libertá después, acutal coalición con la que llegó al Gobierno y desde hace unos meses rota.

Así pues, ese pluralismo atomizado de Sartori, parecía ver sus últimos días, máxime con un sistema electoral que concede un premio de mayoría a quien sea la fuerza más votada en el congreso. Es decir, independientemente del resultado, el partido más votado obtiene inmediatamente el 51% de los escaños en la cámara de diputados. No así en el Senado, donde se mantiene un sistema proporcional.

La última fusión del centro derecha supuso la extinción del ex-partido fascista de Gianfranco Fini, Alleanza Nazionale que, en los últimos años se había convertido en delfín sucesorio de Il Cavaliere y que consolidaba así un único partido de centro derecha, permitiendo futuras alianzas de gobierno con los nacionalistas de La Padania, la Leganord, los demócrata cristianos del UDC y algún otro partido minoritario.

Sin embargo los continuos casos de relaciones del premier con menores, corrupción, imputaciones judiciales y blindajes por ley para impedirlos, así como un inmovilismo absoluto ante la crisis económica, han hecho desquebrajar este matrimonio no del todo bien avenido. O quizá sea otra la lectura? O quizá sea una estrategia muy pensada por parte de Fini, ese calculín con gafas y buen discurso conciliador, harto de soportar las excentricidades de un jefe de gobierno preocupado por su cutis y su propio divertimento? O es una rabieta porque ese mismo adonis le ha dicho NO a su sucesión como líder del centro derecha italiano?

Fini a comienzos del 2000 viró de unas posturas claramente proto fascistas hacia un discurso liberal reformista, abandonando las tesis de Mussolini a la nieta de éste. Jugó a ser el número 2 de Silvio durante ocho años, poniendo su formación al servicio de éste para alcanzar la jefatura de gobierno. En esta segunda vuelta ha dado un paso más, fusionando los partidos en la gran coalición, y solicitando la presidencia del Congreso. Una figura institucional, de mucha presencia en Italia, pero que no entra en las grandes disquisiciones partidistas diarias…o si. Tras dos años de absoluta calma, y de plantear sus críticas veladas al gobierno de Il Cavaliere, ha decidido romper con el partido de gobierno y escindirse de la coalición, montando un grupo parlamentario propio llamado Futuro e Libertá que ya tiene estructura de partido y que ha iniciado un proceso de primarias para elegir a sus candidatos a las próximas elecciones municipales de marzo. Una escisión que deja al partido del premier en minoria parlamentaria obligado a pactar con otras fuerzas los presupuestos, gran debate parlamentario y piedra de toque como en todas las democracias desarrolladas. Si no hay presupuestos no hay gobierno que gobierne y por tanto, otro inmovilismo  que los italianos no van a tolerar.

Ahora bien, qué escenario tenemos? Una moción de censura en el congreso propuesta por el partido de Fini. En el Senado una moción de confianza sugerida por el propio Cavaliere. Cuáles son los potenciales resultados? Una victoria de los opositores en el Congreso y una victoria pírrica de Berlusconi en el Senado o incluso una segunda derrota del PdL en la Cámara Alta. Qué buscan? Legitimarse, dar un vuelco electoral, ir a las urnas o tensar un cambio de gobierno en el que tener más protagonismo para un futuro?

Berlusconi tiene claro que prefiere ir a las urnas, de ahí que haya propuesto una crisis de gobierno pasando la pelota al Presidente de la República Giorgio Napoletano. Si no alcanzan un acuerdo mayoritario probablemente tengan que ir a un adelanto electoral aprovechando que en marzo se celebran las elecciones municipales. Interesado porque es consciente que sigue disponiendo de la fuerza política que aúna un mayor número de votos en solitario, lo que le permitiría obtener el premio de la mayoría en el congreso y volvería a pactar con la Lega Nord en el Senado para reeditar la coalición de gobierno. Fini, en cambio, necesitaría un desgaste mayor de Berlusconi y tiempo suficiente para crear un partido alternativo propio, con solidez suficiente para gobernar a futuro. Además de no querer ser quien genere inestabilidad del gobierno y la parálisis del ejecutivo. cuestión que se castiga con dureza por parte del electorado italiano ( y si no que se lo pregunten a Prodi)

Así todo, algunos se preguntarán… y la izquierda? Dónde está en todo este proceso? pues como dirían los italianos… sparita (desaparecida)

Dicho todo esto, veremos cómo se desarrollan los acontecimientos, pero lo más urgente sigue sin dar señales de vida. El resurgimiento de una izquierda fuerte que sea capaz de ilusionar al electorado, aunque sólo sea por ofrecer una alternativa seria de gobierno a millones de italianos que no tienen opción de elegir. Prodi ya pasó, Veltroni lo intentó, Rutelli está sin estar, Bersani es voluntarioso sin llegar, quizá Vendola