Tras el fallido atentado del pasado día 25 de diciembre en el aeropuerto de Detroit, se ha abierto un nuevo debate sobre la posibilidad de incorporar el scaner corporal.
Esto ha dado pie a un intenso debate sobre la legalidad o no de su imposición, la salubridad del mismo, la efectividad en lo que se espera que sea efectivo (en la detención de potenciales terroristas y otros ilícitos). También se plantea el debate sobre si denigra o no a la persona, ya que se observa el cuerpo desnudo a través del dibujo.
Si se resuelve la cuestión de salubridad favorablemente nos quedan los demás temas dilemas pendientes.
Seguridad; una medida global que afecte al total de los pasajeros tiene una efectividad limitada. Por un lado ejercerá de elemento persuasivo y disuasorio para aquellos que quieran entrar en un avión con aviesas intenciones. Asimismo tendrá un efecto disuasorio que elevará la imaginación para aquellos que utilizan su cuerpo como transportes de sustancias y productos no beneficiosos para la salud y de caracter ilegal. No nos hará volar al 100% seguros, porque la seguridad total no existe, pero si es más efectivo y detecta más cosas que las que hasta ahora se detectaban, en este ámbito no habría discusión.
Ahora bien, habría que tener en cuenta eliminar o suprimir algunas de las medidas preventivas absolutamente inútiles ya implantadas, como el asunto de los líquidos del todo punto inútil y altamente molesta.
Dignididad; si discutimos la cuestión de la dignidad, la intimidad y la vergüenza ajena. Disculpen mi osadía porque carezco de estudios de derecho para abordar este asunto con elementos suficientes. Pero no les parece suficiente acto denigrante, escaso de intimidad y de mayor verüenza ajena que verse sometidos a un desnudo público, que cientos de pasajeros desconocidos tengan que verle el calzoncillo, la braga, los tomates de los calcetines, media maleta, caminando como si de una ducha pública se tratara, mientras que un/a desconocido/a le cachea sin escrúpulo y sin criterio mientras es observado por el resto del pasaje? No les parece suficientemente vejatorio y denigrante?
Tomemos el debate con realidad y sin alarmismos mediáticos.
La intimidad la perdimos en el momento en el que se registran nuestras maletas (con todo lo íntimo que se puede llevar dentro que puede resultar más bochornoso que lo enseñamos fuera), y nos tenemos que medio desnudar paseando por un edificio público con la ropa en la mano. Estaré encantado de confrontar esta opinión con expertos juristas que contradigan esta opinión, pero creo que, siempre y cuando la salubridad y la seguridad estén justificadas, ganaríamos en rapidez y en dignidad colectiva de no tener que ver a nuestros conciudadanos medio desnudos en un aeropuerto.
Eso sí, si la medida sale adelante, ruego que ya que nos leerán hasta las pestañas de los ojos (por no mencionar otras intimidades) ruego que también nos lean el billete y nos eviten la cola de la facturación.
Estoy de acuerdo contigo. Una vez más nos encontramos ante un claro conflicto entre seguridad y libertad. No tengo datos, pero imagino que cuando se empezó a implantar el DNI se debió plantear un debate similar.Yo a título personal si demuestran que son inofensivos para la salud, no tengo problema con que los implanten. Eso sí, dudo mucho que sirva para mejorar la seguridad. Si algo nos enseña la historia es que a cada movimiento le surge una reacción y que por cada nueva medida de seguridad surge una manera de romperla. Supongo, eso sí, que ayudará a que la gente viaje de manera más tranquila. En lo que se refiere a dignidad, intimidad y vergüenza ajena, no veo problema. Todos hemos estado en una playa o piscina y hemos mostrado más carne de nuestro cuerpo que lo que se verá en un escanner corporal. La clave está, como bien has dicho, en un debate realista y sin alarmismos, pero eso es algo que lamentablemente no vende mucho en nuestro país.