La elección de un rector o de algo más

En estos 3 últimos años hemos sufrido una crisis económica internacional y por supuesto nacional. Durante este tiempo hemos observado, leído y participado de incontables debates, reflexiones e informes sobre  las múltiples o

escasas posibilidades de salir de dicha crisis. En concreto, los españoles hemos sido martilleados con nuestra falta de competitividad, falta de productividad, de cualificación, de baja retribución, de poco eficientes, etc, etc, etc.

Sin embargo, durante todo estos años, apenas hemos escuchado de nuestros gobernantes y dirigentes políticos, además de los todólogos replicantes del trending topic del día, alguna referencia a la necesidad de una educación mejor, de una mayor inversión en I+D sin que ésta no tuviera relación con el mundo empresarial, de un reconocimiento y de un llamamiento al papel de la Universidad, de la Educación superior y de los ciclos anteriores. Parece como si el aumento de la competitividad, de la productividad, del desarrollo tecnológico, de hacer a las organizaciones más eficientes, a la justifica más eficaz, a nuestras sociedades más sostenibles fuera competencia exclusiva de las empresas ya establecidas y de unos dirigentes que pagan la cuenta hoy, pero no la sufrirán mañana. Alguno dirá en su defensa que se ha llevado a cabo una ley de la ciencia, y una propuesta de reforma de la ley de educación. Vamos a dejarlo ahí, que daría para otro post.

Es todo culpa suya? Desde luego que no. En estas últimas semanas en mi Universidad, la Carlos III, estamos en campaña electoral para la elección a Rector. No somos los únicos, también están en ello en la Universidad Complutense de Madrid,  y en alguna otra de la geografía nacional.

Hablando de lo que más conozco, la Carlos III hemos visto una campaña electoral de perfil bajo, casi sin hacer ruido, no vayamos a molestar a nadie, como si lo que se jugara fuera algo que importunara. Todos, PAS, Profesores, Estudiantes; unos temerosos de que les encontraran hablando con unos u otros, los que menos promocionando el debate y la discusión, los estudiantes infrarepresentados y mal informados, preocupados por su futuro profesional algunos, por su futuro inmediato los muchos.

Y los candidatos? El rector saliente @danielpena2011  se ha dedicado a culpar al gobierno de la nación de todos los males de la Universidad. @pacomarcellan se ha ocupado de proponer lo mismo que ya estaba eso sí, haciendo la revolución. Sinceramente, al único que he visto preocupado por el papel de la Universidad en este escenario de crisis no ya económica sino de modelo social, ha sido a @lucianoparejo.

Un Rector no es solo un gestor ni un directivo de una empresa privada, es un facilitador e impulsor para que el capital de conocimiento que se encuentra en una Universidad (profesores, pas, estudiantees) tenga los mejores recursos para extraer su máximo potencial y devolver a la sociedad conocimiento, mayor competitividad, productividad, calidad de vida. Para eso son los rectores, para eso están las Universidades, por eso decidimos trabajar ahí, aquellos que tuvimos la suerte de elegir. No lo olvidemos.

 

El Profesor Obama, un modelo atípico… de éxito

Ayer me regalaron este artículo para subirme la moral y hacerme reflexionar sobre la importancia, no ya de la profesión de docente, sino del papel del docente en la sociedad y el precio de salirse de la línea.

Un profesor que no hablaba de lo de siempre, que no frecuentaba los circuitos académicos standarizados, que hacía exámenes de 8 horas a sus alumnos, que les permitía tener libros, documentos, apuntes, notas y toda la información que tuvieran a su disposición. Les incitaba a viajar, a consultar, a entrevistar a gente. A moverse en definitiva. A buscar las fuentes, a convertirlas en conocimiento. No disfrutó de especial predicamento entre sus colegas, aunque sí de su respeto, al igual que de sus alumnos, que aún le recuerdan pasado el tiempo.

No pretendo compararme con el Presidente de Estados Unidos, aunque si agradezco sinceramente a quien me hizo este regalo ayer. Primero porque consiguió su objetivo; subirme la moral. Segundo, porque me hizo reflexionar y recordar que la Universidad es un privilegio, de quienes ejercemos la profesión de docentes, y de quienes acuden a sus aulas buscando, no sólo superar las asignaturas para obtener un título, sino herramientas de análisis, de información, de reflexión, que les permita elaborar, por sí mismos, su propio juicio, un pensamiento crítico, reflexivo, científico.

Salirse de lo establecido con rigor, con método y disciplina, eso debería ser la Universidad. Esa es la misión del saber, del conocimiento. Esa es la garantía de contar con las mejores herramientas, con las mejores personas, con los más cualificados. Esa es la responsabilidad de la Universidad y de los universitarios con su sociedad.

Antes de dormir

Unos minutos antes de ir a dormir, doy el último repaso a las noticias de la prensa digital. Lo primero que nos encontramos es

la emotiva fotografía del vigésimo sexto minero rescatado por el fénix 2, en un cálido re encuentro con su mujer, este al menos tiene claro a quién abrazar primero.

Pero mientras que la sociedad global está conmocionada por el rescate, con el que todos hemos aprendido de geología, minerología, técnicas aeroespaciales de rescate y encapsulamiento, ellos, ajenos a todo, nos han dado una lección más de lo que nos queda por conocer del ser humano; los límites de nuestro instinto de supervivencia.

Sigo leyendo, y otros que nos dan otra lección de supervivencia, en este caso política, son Camps y Rita bailando a la salida del AVE Madrid-Valencia, en un alarde del “aquí no pasa nada”, demostrando a España entera con total descaro su exitosa gestión política, una noticia que debería protagonizar el Ministro de Fomento y el Gobierno de España, que es quien ha financiado en su mayor parte este medio de transporte español tan afamado en el mundo entero.

Mientras los de arriba solo tratan de asumir competencias y protagonismo, el Ministro del Interior nos da una lección de política responsable al tratar el asunto de los toros con serenidad y respeto, trasladando la competencia a Cultura. Pasa el marrón, con una verónica a la ministra del ramo que defiende lo taurino como una expresión cultural, sin alardes, y sin tener que declararlo bien de interés cultural a bombo y platillo.

La huelga general golpea a Sarkozy con fuerza, aunque de eso no nos gusta hablar por aquí, porque parecería que la crisis es internacional y no sólo española. Porque aquí de lo único que nos importa hablar es de la defensa de la libertad de expresión de las y los españoles patriotas que ejercen su derecho a abuchear al Presidente de Gobierno y afear el día de la Hispanidad o de la Concordia.

Luego nos quejamos de que los guiris tengan una imagen tan estereotipada de España; toros, bandera, cabra…

Menos mal que nos queda Nadal, que no falla, gana y gana y gana

 

Un panfleto a evitar

Este artículo podría reducirse en una simple frase: Un panfleto a evitar. Empecemos por lo salvable, Concha Velasco que, si bien la tengo en estima como actriz y profesional, supongo que por la necesidad de aclarar sus deudas con Hacienda y sanear su economía personal (algo totalmente lícito) ha aceptado este papel del todo punto fuera de su caché. Ya hemos salvado todo lo salvable.

Porque todo lo demás supone un insulto; al buen gusto, al buen teatro, al público, al arte, y a la expresión cultural como un ejercicio de libertad de expresión y denuncia política.

La vida por delante es la mejor expresión de un pastiche postmoderno que, investido por un supuesto aura intelectual y de reflexión, alecciona sobre todos los grandes males de la sociedad actual. Si, digo bien, TODOS. Porque no deja uno sin caricaturizar y destrozar con la coraza de la expresión artística. Porque ahora se llama a todo arte y cultura. Aunque, como se ha puesto ahora de moda decir, la cultura no es arte, es una industria. Industria desde luego que es esta obra, porque, tras aguantar una hora y tres cuartos de pisto social, lo único que queda claro es el interés económico de representar esta obra. Tocan de todo;  la enfermedad, la prostitución, la eutanasia, el conflicto árabe-israelí, la inmigración y la exclusión social y si hubieran tenido tiempo estoy seguro que la subrogación gestacional hubiera tenido un guiño en esta pieza deleznable que roza lo ilegal.

Pero no todo se lo debemos atañir a la obra, al productor y a la dueña del teatro que ampara esta obra y que, no sabemos si consciente o inconscientemente, ha influido en la actriz protagonista hasta en los movimientos y andares clásicos que la hicieron famosa. También se lo debemos al público. Un colectivo anónimo que todos los días aplauden a raudales la representación burda de los principales problemas que acucian a nuestras sociedades y que, con una superficialidad y ligereza rallanas en la necedad encandilan a espectadores y espectadoras que ríen a mandíbula batiente cuando alguien se autodenomina “hijoputa”. Si la industria es un derecho, quiero que me devuelvan mi dinero.

Scaner corporal: seguridad vs dignidad vs salubridad vs intimidad vs verguenza ajena

Tras el fallido atentado del pasado día 25 de diciembre en el aeropuerto de Detroit, se ha abierto un nuevo debate sobre la posibilidad de incorporar el scaner corporal.
Esto ha dado pie a un intenso debate sobre la legalidad o no de su imposición, la salubridad del mismo, la efectividad en lo que se espera que sea efectivo (en la detención de potenciales terroristas y otros ilícitos). También se plantea el debate sobre si denigra o no a la persona, ya que se observa el cuerpo desnudo a través del dibujo.

Si se resuelve la cuestión de salubridad favorablemente nos quedan los demás temas dilemas pendientes.
Seguridad; una medida global que afecte al total de los pasajeros tiene una efectividad limitada. Por un lado ejercerá de elemento persuasivo y disuasorio para aquellos que quieran entrar en un avión con aviesas intenciones. Asimismo tendrá un efecto disuasorio que elevará la imaginación para aquellos que utilizan su cuerpo como transportes de sustancias y productos no beneficiosos para la salud y de caracter ilegal. No nos hará volar al 100% seguros, porque la seguridad total no existe, pero si es más efectivo y detecta más cosas que las que hasta ahora se detectaban, en este ámbito no habría discusión.
Ahora bien, habría que tener en cuenta eliminar o suprimir algunas de las medidas preventivas absolutamente inútiles ya implantadas, como el asunto de los líquidos del todo punto inútil y altamente molesta.

Dignididad; si discutimos la cuestión de la dignidad, la intimidad y la vergüenza ajena. Disculpen mi osadía porque carezco de estudios de derecho para abordar este asunto con elementos suficientes. Pero no les parece suficiente acto denigrante, escaso de intimidad y de mayor verüenza ajena que verse sometidos a un desnudo público, que cientos de pasajeros desconocidos tengan que verle el calzoncillo, la braga, los tomates de los calcetines, media maleta, caminando como si de una ducha pública se tratara, mientras que un/a desconocido/a le cachea sin escrúpulo y sin criterio mientras es observado por el resto del pasaje? No les parece suficientemente vejatorio y denigrante?

Tomemos el debate con realidad y sin alarmismos mediáticos.
La intimidad la perdimos en el momento en el que se registran nuestras maletas (con todo lo íntimo que se puede llevar dentro que puede resultar más bochornoso que lo enseñamos fuera), y nos tenemos que medio desnudar paseando por un edificio público con la ropa en la mano. Estaré encantado de confrontar esta opinión con expertos juristas que contradigan esta opinión, pero creo que, siempre y cuando la salubridad y la seguridad estén justificadas, ganaríamos en rapidez y en dignidad colectiva de no tener que ver a nuestros conciudadanos medio desnudos en un aeropuerto.
Eso sí, si la medida sale adelante, ruego que ya que nos leerán hasta las pestañas de los ojos (por no mencionar otras intimidades) ruego que también nos lean el billete y nos eviten la cola de la facturación.

La fuerza de las relaciones sociales en la vida política

La iniciativa promovida por seis ciudadanos a través de la red social Facebook, dio resultado y ayer un juez de primera instancia de Madrid citó para el próximo 17 de febrero a Cospedal para un acto de conciliación previo a la demanda civil interpuesta por estos seis ciudadanos y ratifique o se retracte de sus acusaciones, según adelantó la Cadena SER. Este grupo fue creciendo hasta alcanzar los 4.000 fans.

La denuncia llega al juez porque estos ciudadanos la interpusieron, no porque la justicia haya actuado de oficio al ver el creciente número de firmantes que secundaban dicha denuncia, pero si ha conseguido la repercusión mediática gracias a la difusión de este grupo por la red social.

Tampoco nos vamos a engañar y pensar que el salto a los medios de comunicación se deba exclusivamente a eso y no al personaje que tiene la historia como protagonista.
Dicho todo esto, no es un mal signo que los medios de comunicación, aún con estos condicionantes, atiendan lo que se mueve en las redes sociales, es decir, lo que dicen y piensan ciudadanos anónimos sobre sus políticos y lo que hacen/dicen. Tampoco se debe obviar el clima que se palpa entre la ciudadanía referido a la clase política que la representa, para alcanzar este límite de hartazgo no precisamente inconformista, sino, más al contrario, activo y reivindicativo ante las formas de hacer política.
Los actos o no actos en política no quedan impunes y las declaraciones sin pruebas en contra de la seguridad del Estado y de la actuación de las FCSE tienen un doble filo altamente peligroso, especialmente si quien las pronuncia pretende, en algún momento, alcanzar y ocupar el poder, es decir, gestionar los asuntos de Estado y dirigir las FCSE.