Ayer me regalaron este artículo para subirme la moral y hacerme reflexionar sobre la importancia, no ya de la profesión de docente, sino del papel del docente en la sociedad y el precio de salirse de la línea.
Un profesor que no hablaba de lo de siempre, que no frecuentaba los circuitos académicos standarizados, que hacía exámenes de 8 horas a sus alumnos, que les permitía tener libros, documentos, apuntes, notas y toda la información que tuvieran a su disposición. Les incitaba a viajar, a consultar, a entrevistar a gente. A moverse en definitiva. A buscar las fuentes, a convertirlas en conocimiento. No disfrutó de especial predicamento entre sus colegas, aunque sí de su respeto, al igual que de sus alumnos, que aún le recuerdan pasado el tiempo.
No pretendo compararme con el Presidente de Estados Unidos, aunque si agradezco sinceramente a quien me hizo este regalo ayer. Primero porque consiguió su objetivo; subirme la moral. Segundo, porque me hizo reflexionar y recordar que la Universidad es un privilegio, de quienes ejercemos la profesión de docentes, y de quienes acuden a sus aulas buscando, no sólo superar las asignaturas para obtener un título, sino herramientas de análisis, de información, de reflexión, que les permita elaborar, por sí mismos, su propio juicio, un pensamiento crítico, reflexivo, científico.
Salirse de lo establecido con rigor, con método y disciplina, eso debería ser la Universidad. Esa es la misión del saber, del conocimiento. Esa es la garantía de contar con las mejores herramientas, con las mejores personas, con los más cualificados. Esa es la responsabilidad de la Universidad y de los universitarios con su sociedad.
Quien sabe si algún día se publicará un artículo, “De la Carlos III a la Moncloa”. Si te sirve de algo todos los alumnos tuyos que he conocido me han hablado muy bien de ti (y creo que por aquel entonces ya habías puesto las notas).
Un abrazo.
PD: ¿Pudiste mirar lo del DNI electrónico?.
Que te hagan editor de la Harvard Law Review y dediques el tiempo a escribir tu autobiografía… “Dreams from my father”, no tiene precio. Muchas gracias por el link, he disfrutado muchísimo con la información y con tu post.
Considero que tu profesión, como fue la de Obama durante un tiempo y quizás algún día lo vuelva a ser, es una de las más nobles y apasionantes labores que existen en este mundo, difundes el conocimiento más elevado y llevas la duda a las mentes de tus oyentes. En estos tiempos, en los que los principios y la moral son valores caducos susceptibles de ser arrasados por cualquier fantoche erigido en portavoz del relativismo, siempre me gusta recordar las palabras de Unamuno en el paraninfo de la Universidad de Salamanca:
“Este es el templo de la inteligencia. Y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho”.
RAZÓN Y DERECHO EN LA LUCHA AMIGO… mua!